jueves, 9 de diciembre de 2010

Spinning: salud y diversión


Cortesía de: Google
Toda mujer en algún sentido necesita sentirse bella. Aquellas que generalmente ya han adquirido el hábito de asistir al gimnasio para alcanzar un mejor estado de salud, moldear su cuerpo, tonificar, obtener un abdomen plano y unos músculos tersos o firmes, practican diversos ejercicios que las ayuden a alcanzar esta meta.
Una de las disciplinas a las que normalmente recurren es al spinning. Este término se emplea para englobar al ciclismo fijo que se realiza en un lugar cerrado conducido por un instructor certificado en el área.
Adriana Fuentes, conductora de este ejercicio en el Gimnasio Orinoco, ubicado en el sector Caura, (Puerto Ordaz, Venezuela) lo define como una especie de entrenamiento de no contacto.  Lo pueden realizar personas de todas las edades y “lo más importante en ellas es que posean buena actitud para ejercitarse”, expresó.
Para poner en práctica esta disciplina, también conocida como ciclismo indoor se emplea una bicicleta fija desde la que se ejecutan movimientos generalizados dirigidos por la persona calificada para dictarlos. Su principal objetivo es brindarle al individuo la posibilidad de gozar de un cuerpo y una mente sana.

La intensidad con la que se trabaja está determinada únicamente por el instructor, ya que la resistencia y el estado físico de la persona determinan si puede agregar o disminuir mayor velocidad a la rutina.
Adquiriendo habilidades

Cortesía de: Google
Una clase típica de spinning dura aproximadamente 40 minutos. Tiene que ser dirigida exclusivamente por un profesor certificado, cuyo rol será el de guiar a los participantes durante la sesión. Él, también se encarga de brindarles un ambiente musical agradable durante la sesión de entrenamiento. En consecuencia, se selecciona generalmente una lista de reproducción acorde a los movimientos a realizar. Elena Ramos, quien ha estado tomando clases desde hace seis meses comenta que “la  preferida por la mayoría de los participantes de esta disciplina es la canción Dj got us falling in love again del cantante estadounidense, Usher.

Cuando la persona ha alcanzado la suficiente destreza física en la disciplina, el instructor procede a programar la bicicleta a una mayor resistencia. Esto amerita que el mismo monitoree constantemente la frecuencia cardíaca de los participantes mediante el uso de  cardiofrecuencímetros, permitiéndole así aumentar o disminuir el trabajo físico a realizar.
Consejos prácticos
Se recomienda el uso de prendas de algodón debido a que este tipo de fibra es buena absorbiendo la transpiración. El calzado debe ser preferiblemente cerrado. Si la persona es propensa a sudar excesivamente debe procurar llevar una toalla para secarse. Debe ingerir constantemente bebidas anti-deshidratación que le permitirán mantenerse en buen estado y para los dolores musculares que se experimentan luego del entrenamiento, Fuentes sugiere usar algún tipo de gel adormecedor o relajante muscular.
Saludables beneficios
Una sesión de 40 minutos permite quemar alrededor de 500 calorías. Es un ejercicio divertido, el riesgo de lesiones es muy bajo, permite tonificar glúteos, piernas, abdomen y brazos. No amerita una compleja capacidad de coordinación ni equilibrio y la forma de regular la intensidad permite compartir la clase con verdaderos expertos, lo cual es imposible de concebir en el aerobic. Mejora la distribución de la sangre, disminuye el colesterol y los triglicéridos, entre otros.

Hoy en día, el spinning es el método de entrenamiento más practicado en los gimnasios. Es por ello que estar preparado, informado y contar con las ganas de llevarlo a cabo son los fundamentos principales para comenzar con las clases. Cada vez son más las mujeres y hombres que han adoptado esta disciplina como una forma de vida saludable.


viernes, 3 de diciembre de 2010

¡Para estar bella veo estrellas!



Cortesía de: Google.
Hasta hace cuatro meses el estar delgada, saludable y ejercitada era una idea que nunca había rondado mi mente. Entonces, todo cambió. Lo que comenzó como un “voy a tratar” se ha convertido en un absoluto reto para mí.
Conocer una buena rutina, modificar mis hábitos alimenticios, evitar el sedentarismo poniendo mi cuerpo en movimiento, evadir las comidas ricas en grasa, las tan adoradas bebidas gaseosas o mi tan amado pie de limón semanal sonaba aterrador.  Me sentía incapaz de redireccionar mi vida hacia la belleza física, la delgadez y el ejercicio.

Hace casi tres meses que asisto diariamente al gimnasio. La primera semana fue de adaptación. Realizaba puros ejercicios cardiovasculares para ir acostumbrando el cuerpo al entrenamiento. A la siguiente semana le comuniqué mis prioridades al entrenador: adelgazar y tonificar brazos, abdomen, piernas y la “colita”. Él inmediatamente después de escucharme me diseñó una rutina de alimentación y ejercicio. La balanza para ese entonces marcaba 60 kilos, mi meta: unos adorables 50.
Cuando uno de nuestros deseos es adelgazar debemos pedirles siempre asesoría a personas especializadas en nutrición y rutina física de ejercicios. Sólo ellas están capacitadas para determinar según nuestras necesidades, cuáles hábitos debemos abandonar y a cuales les debemos dar una fraternal bienvenida para obtener resultados positivos.
Puesto que una de mis necesidades era adelgazar, mi entrenador diseñó el siguiente plan de trabajo físico y contenido alimenticio que me permitiría perder 750 gramos semanalmente: ingerir muchas frutas y verduras, trotar 40 minutos diarios, ejercitarme diariamente con pesas y máquinas, realizar ejercicios aeróbicos por lo menos dos veces por semana e ingerir mucha, muuuuchaaa agua.
Esfuerzo versus recompensa
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He aprendido a entender esta rutina como un todo. Al principio pensé que con ingerir muchas frutas y tomar agua sería suficiente para bajar de peso. Pero poco tiempo después entendí que no. No bastaba con estos dos pasos, sino que debía existir una especie de matrimonio inseparable entre cada uno de los pasos que conforman la rutina. Cuando empecé a cumplirlos todos, en conjunto, empecé a notar los cambios. Menos calorías y más ganas de seguir adelante con esto.

Confieso que no ha sido para nada fácil. Ha sido un cambio de 360°. Ese plan ha revolucionado mi vida. No caer en la tentación de retomar mis hábitos alimenticios de ingerir comida chatarra, muchas tortas, pie de limón, helados, donas, torta de queso o gaseosas ha sido un reto diario. Entrenar dos horas al día en el gimnasio me ha valido muchos moretones y agallones en el cuerpo. La popular consigna de que "para estar bella hay que ver estrellas" acompaña mi esfuerzo inseparablemente.

Trotar ha sido quizá la actividad más placentera. Para esto mi iPod es imprescindible. De hecho, la canción que escuchan de fondo se convirtió en mi himno deportivo. Apenas la escucho sé lo que tengo que hacer: trotar 40 minutos y quemar muchas calorías.
Han sido casi tres meses de subidas y bajadas emocionales. Muchas veces he querido desistir, pero el sacrificio ha valido totalmente la pena. Me ha costado un mundo y no lo niego, pero la balanza me ha sonreído en virtud a mi constante esfuerzo. Mi peso actual: 57 kilos, mi meta: siete kilos menos y muchos días más con este reto.